Buscador

miércoles, 22 de febrero de 2012

Tierra Presente


¿Cuándo aparecerás por mi ventana? Ya es tarde. Una, dos, tres veces al día te me apareces robándome el tiempo.

 Hay varias preguntas que se repiten: ¿Dónde estás? ¿Qué estarás haciendo? ¿En qué estarás pensando? ¿Cuál es el paisaje? ¿Te acordarás de mí? ¿Me habrás olvidado?  Y la más importante: ¿ Seguirás vivo?


Camino, siempre camino. La lluvia te  trae y te arrastra hacia mí. También recuerdo a un amigo que ama la lluvia porque cuando era pequeño pintaba los días de tormenta.  Supongo que por eso no se hizo pintor. Porque mientras pintaba amaba la lluvia y no la pintura.


 ¿Sabes qué creo? Que no importa que no estés fisicamente, en poco tiempo te convertirías en una molestia humana. Todos los humanos generamos molestias. Sí, ya sé que ahora es distinto. Que el mundo  es otra cosa.  Todos sabíamos que esto iba a suceder, pero nadie se lo tomó en serio. Sólo algunos, muy pocos. Todos decían: habrán cambios, pero continuaban con sus actividades. No te imaginas cómo extraño los árboles, los bosques, las flores, los animales.


 Todas las noches tengo el mismo sueño, encuentro una flor detrás de un cuadro, del único cuadro que hay dentro de este cubículo que se ha convertido en mi hogar. La flor me habla del egoísmo y cuando culmina su monólogo se marchita. Mi piel se endurece, y luego se resquebraja. Me hago de piedra. Y luego cenizas. Dos veces por semana voy a los invernáculos a buscar mis dosis de oxigeno. Por suerte existieron esos pocos que se ocuparon de mantener las plantas vivas. Un micro ecosistema; una genialidad que mantiene a los pocos que quedamos con vida. Con vida digo, con un poco de ella. 


Es difícil encontrar un sentido a todo esto, para empezar es poco lo que se puede pensar, uno tiene que sobrevivir. Intentar mantenerse a salvo día tras día. ¿Para qué? Nadie sabe. Una construcción del Universo.  Una lección para ateos y cristianos. Eso es lo que se debate debajo de algunas pocas y minúsculas conversaciones. 


Parece que si conseguimos restablecer este mundo, si logramos regresarlo a la vida más limpia y prehistórica, entonces ese Dios de los que tantos han hablado no existe. Por otro lado, hay muchos cristianos por aquí que no se movilizan porque dicen es una lección de Dios. En otras palabras, no creen que consigamos resurgir por nosotros mismos. “Sólo un milagro podría salvarnos, sólo un milagro”.  


 No sé muy bien de qué hablan cuando mencionan los milagros, y dado nuestro entorno es poco lo que nuestros débiles cuerpos nos permiten decir. La boca se seca muy rápido. El cuerpo se cansa. Y el cerebro apenas logra ocuparse de las necesidades básicas. Que cómo escribo esto, desde el invernáculo. No soy yo quien escribe, son ellas que desean hacerlo. Me suplican cada vez que vengo que escriba contando esto que sucede, y que supongo, pase lo que pase nadie recordará. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario